lunes, 18 de julio de 2011

POEMA PARA ELMER SZABÓ

"Mi ojo y el ojo de Dios, son el mismo ojo".
Carola Bravo.


- Szabó (1) : Soy Marcelo/no me conozco/perdí el camino/por lo tanto, tampoco, conocí a Szabó/lo entreví como quien abre una puerta cualquiera hacia un cielo imaginario/en donde los pájaros en sus vuelos no son más que la memoria de un lugar también imaginario/la memoria se desmemoriza sobre la piel para elevarse al cielo y convertirse en la cartografía de un espacio ya vivido/elevándose hacia el infinito (la casa se derrumba, pero los hilos de la memoria la sostienen según Calvino)/al infinito/como un amor, como un dolor los pájaros nacen de la piel y la confabulación se hace eterna mientras el paisaje cae en la anarquía/la trama inútil de hacer creíble lo irreal/lo importante son las geografías/la lectura del mundo sobre las cordilleras/los músculos contra una playa perfectamente blanca y entre la liturgia de unos pétalos al amanecer y sus mariposas, el lento zumbido de lo eterno/soy Marcelo/no me conozco/perdí el camino/por lo tanto, tampoco conocí a Szabó/y esto va más allá de cualquier significación/más allá de las abejas y las amapolas/para que Szabó regrese a Budapest a través de sus puentes y campanarios/que eso suponga una nueva religión/y que el humo de una vela recién apagada no sea más que el espacio narrado por alguien desconocido/que no haya pasado nada/que no haya pasado tanta lluvia ni tanto dolor/ni Caracas que caminar/ojalá que llegue la postal desde Budapest/y diga: Szabó/Budapest/todo bien/vuelvo a vivir.- 


MARCELO SEGUEL BON

TRAPEANDO

17 de julio del 2009. Observo cómo trascurre el tiempo,
definitivamente, el brillo de las
cosas se opaca por el polvo.
El trabajo de un minuto y todos sus beneficios se multiplican.
Los adornos de la casa, hermosos recién
bañados, lucen cual fiesta.
Tanto que limpiar
Tanto que ordenar
y luego polvo otra vez.
La energía de tantos años repartida
en la vida misma:
en las risas
en las miradas
en el trabajo
en la lectura
en la cocina.
Y trapeando y trapeando.
No quiero pensar en el tiempo que
perdí peleando… 
mientras el polvo
invadía de nuevo los adornos y
 demás fibras que acababa de limpiar
con mis manos o
las manos de otros,
a quién debo pagar  salario y también a gradecer.

EDNA MARTÍNEZ 


PIEL

Le has rasgado el traje
a la reina
con una daga
las perlas saltaron por
el mármol
escondiendo la
oferta del amor
cientos de escarabajos
recorren la majestuosidad
del lecho
los guardianes quedaron
con las alas chamuscadas
mientras fueron de luto
los chillidos del murciélago
que mal pensamiento pudo
atravesar tu mente altiva
en procesión de tropas
¡Que si te vi desnudo¡
flotaba el hueso encima
de mi piel de miel
te sostenías en una placidez
sin rozar mi flor
un bloque del tiempo se
atravesó en un tropel
para luego encontrarte
moribundo con espada
dispuesto a cortarme la
cabeza.

MARÍA ANGÈLICA ASCANIO